Fuerte oposición a Central Hidroeléctrica Inambari
Alerta Perú. Pobladores puneños de la provincia de Carabaya, siguen preocupados y en alza de protesta por la ya aprobada construcción de la Central Hidroeléctrica de Inambari en San Gabán. Parece que el gobierno no aprende de los hechos de Bagua y reincide con su mismo comportamiento de ejecutar mega proyectos sin previas consultas a la población.
A la protesta se suman también los pueblos indígenas de 30 comunidades de Madre de Dios, agrupadas en la Federación Nativa de Madre de Dios (FENAMAD), que expresaron su decisión de rechazar al proyecto de la Central Hidroeléctrica, que desarrollarán las empresas brasileñas OAS y Electrobras, y determinaron que defenderán su territorio ancestral del atropello.
El poco diálogo y concertación está llevando a que los ánimos se caldeen, pues esta central que en términos del gobierno seria la mayor represa del Perú y la quinta mayor de América Latina, causaría según estudios, graves impactos ambientales. Además, afectaría 161 kms. de la Carretera Interoceánica por el embalse que provocaría la represa, y hará necesario reubicar 65 centros poblados de los departamentos de Puno, Cusco y Madre de Dios, lo que por las características del valle sería muy complicado.
Marc Dourojeanni de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) expresa que “lo peor es que también inundará parte de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja-Sonene, amenazando gravemente su futuro. Ya se sabe, por estudios en la misma cuenca, que muchas especies de peces, incluyendo algunos únicos, serán drásticamente afectados”.
Por su parte, Hernán Fuentes, presidente regional de Puno señala: “Se habla de cuatro mil puestos de trabajo pero nadie dice que estos puestos son de carácter eventual. Si bien hay que hacer sacrificios por el desarrollo no se pueden causar daños de carácter irreversible”.
Y el Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil para la Interoceánica Sur Puno, advierte de graves impactos, entre ellos la generación de gas metano producto de la descomposición del bosque bajo el embalse. Pues como citan, existen investigaciones que demuestran que los embalses sobre zonas boscosas generan enormes cantidades de metano, un gas con efecto invernadero mucho más potente que las emisiones de carbono, que lo convierte en el principal causante del calentamiento global.
La demanda es clara al gobierno: antes de ejecutarse se debe realizar todos los estudios económicos, sociales y ambientales que garanticen que los beneficios serán mayores que los perjuicios, además de una debida consulta popular.
Un pacto gigante
Hay que decir que el trasfondo va más allá, pues como se sabe los presidentes de Perú y de Brasil acordaron el año pasado lanzar la puesta en operación de un número indeterminado de grandes represas en los ríos de la selva alta peruana, que principalmente abastecerá la insaciable demanda energética del país vecino.
En aquel memorando que acordaron ambos se plantea permitir que Brasil estudie, financie, construya y opere hasta seis grandes hidroeléctricas en territorio peruano, comprometiéndose a comprar luego al Perú gran parte de esa energía que se producirá. Las hidroeléctricas por construir serian: Inambari (2,000 MW), Sumabeni (1,074 MW), Paquitzapango (2,000 MW), Urubamba (940 MW), Vizcatán (750 MW) y Chuquipampa (800 MW), con un costo conjunto en el orden de los US$16 mil millones.
Pero este Acuerdo de Integracion Energetica entre Perú y Brasil, a ser suscrito en las próximas semanas, carece de las garantías mínimas para asegurar la transparencia, participación y rendición de cuentas, porque no ha sido debidamente expuesto en público. Un error más de trasparencia.
A la protesta se suman también los pueblos indígenas de 30 comunidades de Madre de Dios, agrupadas en la Federación Nativa de Madre de Dios (FENAMAD), que expresaron su decisión de rechazar al proyecto de la Central Hidroeléctrica, que desarrollarán las empresas brasileñas OAS y Electrobras, y determinaron que defenderán su territorio ancestral del atropello.
El poco diálogo y concertación está llevando a que los ánimos se caldeen, pues esta central que en términos del gobierno seria la mayor represa del Perú y la quinta mayor de América Latina, causaría según estudios, graves impactos ambientales. Además, afectaría 161 kms. de la Carretera Interoceánica por el embalse que provocaría la represa, y hará necesario reubicar 65 centros poblados de los departamentos de Puno, Cusco y Madre de Dios, lo que por las características del valle sería muy complicado.
Marc Dourojeanni de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) expresa que “lo peor es que también inundará parte de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja-Sonene, amenazando gravemente su futuro. Ya se sabe, por estudios en la misma cuenca, que muchas especies de peces, incluyendo algunos únicos, serán drásticamente afectados”.
Por su parte, Hernán Fuentes, presidente regional de Puno señala: “Se habla de cuatro mil puestos de trabajo pero nadie dice que estos puestos son de carácter eventual. Si bien hay que hacer sacrificios por el desarrollo no se pueden causar daños de carácter irreversible”.
Y el Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil para la Interoceánica Sur Puno, advierte de graves impactos, entre ellos la generación de gas metano producto de la descomposición del bosque bajo el embalse. Pues como citan, existen investigaciones que demuestran que los embalses sobre zonas boscosas generan enormes cantidades de metano, un gas con efecto invernadero mucho más potente que las emisiones de carbono, que lo convierte en el principal causante del calentamiento global.
La demanda es clara al gobierno: antes de ejecutarse se debe realizar todos los estudios económicos, sociales y ambientales que garanticen que los beneficios serán mayores que los perjuicios, además de una debida consulta popular.
Un pacto gigante
Hay que decir que el trasfondo va más allá, pues como se sabe los presidentes de Perú y de Brasil acordaron el año pasado lanzar la puesta en operación de un número indeterminado de grandes represas en los ríos de la selva alta peruana, que principalmente abastecerá la insaciable demanda energética del país vecino.
En aquel memorando que acordaron ambos se plantea permitir que Brasil estudie, financie, construya y opere hasta seis grandes hidroeléctricas en territorio peruano, comprometiéndose a comprar luego al Perú gran parte de esa energía que se producirá. Las hidroeléctricas por construir serian: Inambari (2,000 MW), Sumabeni (1,074 MW), Paquitzapango (2,000 MW), Urubamba (940 MW), Vizcatán (750 MW) y Chuquipampa (800 MW), con un costo conjunto en el orden de los US$16 mil millones.
Pero este Acuerdo de Integracion Energetica entre Perú y Brasil, a ser suscrito en las próximas semanas, carece de las garantías mínimas para asegurar la transparencia, participación y rendición de cuentas, porque no ha sido debidamente expuesto en público. Un error más de trasparencia.
0 Yo te digo, tu me dices...:
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