Servicios de salud no cumplen protocolos para detectar maltrato a la mujer
Promsex. Luego de supervisar 37 locales de salud de Lima y Callao, la Defensoría del Pueblo emitió un informe que confirma esta triste situación
La violencia contra la mujer es un creciente problema de salud pública, pese a ello, en la capital son pocos los servicios de atención médica del Estado que así lo asumen y están preparados para detectar y atender oportunamente estos casos. Luego de supervisar 37 locales de salud de Lima y Callao, la Defensoría del Pueblo emitió un informe que confirma esta triste situación. Las áreas de ginecología, planificación familiar y emergencia son lugares estratégicos donde se pueden hallar casos de maltrato para brindar apoyo y derivar a las víctimas a servicios especializados. Falta, sin embargo, capacitar al personal para cumplir los protocolos.
Ver su rostro duele y escucharla también. A Elizabeth Alanya, Julio Jaime Sal y Rosas, su pareja, le desfiguró la cara con agua hirviendo mientras dormía; sin embargo, esta mujer que venció la vergüenza y se mostró en público para conseguir justicia, también ha sido víctima de una violencia silenciosa, pero igual de hiriente: la indiferencia de las instancias públicas en las que supuestamente debió encontrar apoyo inmediato.
Alanya, como muchas mujeres en el país que sufren maltratos en todas sus manifestaciones, se ha enfrentado a un sistema de justicia que suele beneficiar al agresor y a un servicio de salud que, sin los reflectores de las cámaras de televisión, le brindó al comienzo una atención indolente, pese a sus brutales heridas.
“Cuando acudí al hospital Arzobispo Loayza en busca de atención, un médico me observó rápido, me recetó unos medicamentos y dispuso que regresara a mi casa. Al día siguiente, al constatar la infección e inflamación de mi rostro, regresé y recién fui hospitalizada”, recordó la costurera que se ha convertido en el símbolo de la violencia contra la mujer en el Perú.
INDOLENCIA EN LA ATENCIÓN
Este episodio que soportó Alanya ilustra una tendencia que ha constatado en un informe la Defensoría del Pueblo, tras evaluar la capacidad de detección y atención en casos de maltrato a la mujer en 37 establecimientos de salud de Lima y Callao.
El personal de salud ve y trata (sabiéndolo o no) a muchas mujeres que son víctimas de violencia en sus relaciones personales, sobre todo, en las áreas de ginecología, planificación familiar y emergencia; sin embargo, apenas el 35% de establecimientos sanitarios cumple los protocolos para detectar casos de mujeres que sufren maltrato físico o psicológico y así derivarlos a espacios especializados.
Además, menos de la cuarta parte de servicios tiene salas que garantizan la privacidad para atender dichos casos, de acuerdo con los testimonios del personal entrevistado para el informe “Derecho a la salud de las mujeres víctimas de violencia”, realizado entre setiembre del 2009 y junio del 2010.
Con respecto a las mujeres víctimas de abuso sexual, un problema grave es que solo en la mitad de los casos reportados se cumplió con practicar los exámenes médicos como la revisión de genitales, mamas, cuello y muslos. Aun peor, las pruebas para detectar el VIH/sida y otras enfermedades por contacto sexual apenas alcanzaron al 40%, explicó ayer la defensora del Pueblo, Beatriz Merino, en una conferencia de prensa celebrada en la sede de su institución.
UN PLAN AÚN EN EL PAPEL
El Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2009-2015 tiene entre sus metas estratégicas que todas las mujeres víctimas de maltratos sean atendidas por el sistema de salud.
Para ello, según el ministro de Salud, Óscar Ugarte, se aprobaron un conjunto de procedimientos que regulan la atención de la salud física y mental de las mujeres víctimas de violencia, los que deberían ser aplicados como tareas de rutina en todos los servicios de salud (desde postas hasta hospitales). Pero, como lo reconoce el ministro, hace falta aún capacitar al personal para corregir comportamientos y actitudes que impiden este trabajo.
La violencia contra la mujer tiene un impacto negativo directo sobre la maternidad, la planificación familiar y la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la infección por el VIH/sida, indica la Organización Panamericana de la Salud.
En nuestro país, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009, el 38,8% de las mujeres manifestó haber sufrido violencia física por parte de su esposo o compañero en algún momento de su relación. Empero, debido a la naturaleza de los actos de violencia, la mayoría de víctimas tiene temor o reticencia a denunciar los hechos y pedir atención en los servicios de salud.
ÚTIL
La Línea 100 es un servicio telefónico gratuito que brinda orientación, consejería y derivación especializada ante situaciones de violencia familiar y sexual.
El Ministerio de Educación tiene la línea gratuita 0800-13687, a través de la cual alumnos y padres de familia pueden realizar sus denuncias de agresiones de todo tipo ocurridas en los colegios.
El teléfono de la Comisaría de Mujeres del Cercado de Lima es el 428-1556 y la línea telefónica de la División de la Familia de la policía es 332-6792.
El Movimiento Manuela Ramos tiene el teléfono 423-8840.
La violencia contra la mujer es un creciente problema de salud pública, pese a ello, en la capital son pocos los servicios de atención médica del Estado que así lo asumen y están preparados para detectar y atender oportunamente estos casos. Luego de supervisar 37 locales de salud de Lima y Callao, la Defensoría del Pueblo emitió un informe que confirma esta triste situación. Las áreas de ginecología, planificación familiar y emergencia son lugares estratégicos donde se pueden hallar casos de maltrato para brindar apoyo y derivar a las víctimas a servicios especializados. Falta, sin embargo, capacitar al personal para cumplir los protocolos.
Ver su rostro duele y escucharla también. A Elizabeth Alanya, Julio Jaime Sal y Rosas, su pareja, le desfiguró la cara con agua hirviendo mientras dormía; sin embargo, esta mujer que venció la vergüenza y se mostró en público para conseguir justicia, también ha sido víctima de una violencia silenciosa, pero igual de hiriente: la indiferencia de las instancias públicas en las que supuestamente debió encontrar apoyo inmediato.
Alanya, como muchas mujeres en el país que sufren maltratos en todas sus manifestaciones, se ha enfrentado a un sistema de justicia que suele beneficiar al agresor y a un servicio de salud que, sin los reflectores de las cámaras de televisión, le brindó al comienzo una atención indolente, pese a sus brutales heridas.
“Cuando acudí al hospital Arzobispo Loayza en busca de atención, un médico me observó rápido, me recetó unos medicamentos y dispuso que regresara a mi casa. Al día siguiente, al constatar la infección e inflamación de mi rostro, regresé y recién fui hospitalizada”, recordó la costurera que se ha convertido en el símbolo de la violencia contra la mujer en el Perú.
INDOLENCIA EN LA ATENCIÓN
Este episodio que soportó Alanya ilustra una tendencia que ha constatado en un informe la Defensoría del Pueblo, tras evaluar la capacidad de detección y atención en casos de maltrato a la mujer en 37 establecimientos de salud de Lima y Callao.
El personal de salud ve y trata (sabiéndolo o no) a muchas mujeres que son víctimas de violencia en sus relaciones personales, sobre todo, en las áreas de ginecología, planificación familiar y emergencia; sin embargo, apenas el 35% de establecimientos sanitarios cumple los protocolos para detectar casos de mujeres que sufren maltrato físico o psicológico y así derivarlos a espacios especializados.
Además, menos de la cuarta parte de servicios tiene salas que garantizan la privacidad para atender dichos casos, de acuerdo con los testimonios del personal entrevistado para el informe “Derecho a la salud de las mujeres víctimas de violencia”, realizado entre setiembre del 2009 y junio del 2010.
Con respecto a las mujeres víctimas de abuso sexual, un problema grave es que solo en la mitad de los casos reportados se cumplió con practicar los exámenes médicos como la revisión de genitales, mamas, cuello y muslos. Aun peor, las pruebas para detectar el VIH/sida y otras enfermedades por contacto sexual apenas alcanzaron al 40%, explicó ayer la defensora del Pueblo, Beatriz Merino, en una conferencia de prensa celebrada en la sede de su institución.
UN PLAN AÚN EN EL PAPEL
El Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2009-2015 tiene entre sus metas estratégicas que todas las mujeres víctimas de maltratos sean atendidas por el sistema de salud.
Para ello, según el ministro de Salud, Óscar Ugarte, se aprobaron un conjunto de procedimientos que regulan la atención de la salud física y mental de las mujeres víctimas de violencia, los que deberían ser aplicados como tareas de rutina en todos los servicios de salud (desde postas hasta hospitales). Pero, como lo reconoce el ministro, hace falta aún capacitar al personal para corregir comportamientos y actitudes que impiden este trabajo.
La violencia contra la mujer tiene un impacto negativo directo sobre la maternidad, la planificación familiar y la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la infección por el VIH/sida, indica la Organización Panamericana de la Salud.
En nuestro país, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009, el 38,8% de las mujeres manifestó haber sufrido violencia física por parte de su esposo o compañero en algún momento de su relación. Empero, debido a la naturaleza de los actos de violencia, la mayoría de víctimas tiene temor o reticencia a denunciar los hechos y pedir atención en los servicios de salud.
ÚTIL
La Línea 100 es un servicio telefónico gratuito que brinda orientación, consejería y derivación especializada ante situaciones de violencia familiar y sexual.
El Ministerio de Educación tiene la línea gratuita 0800-13687, a través de la cual alumnos y padres de familia pueden realizar sus denuncias de agresiones de todo tipo ocurridas en los colegios.
El teléfono de la Comisaría de Mujeres del Cercado de Lima es el 428-1556 y la línea telefónica de la División de la Familia de la policía es 332-6792.
El Movimiento Manuela Ramos tiene el teléfono 423-8840.
0 Yo te digo, tu me dices...:
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