SOBRE EL CUERPO Y LA SALUD DE LAS MUJERES
Con este título quisiera referirme a dos procesos que de alguna manera y desde distintos poderes y verdades han intentado a través de la historia enajenar el cuerpo de las mujeres e instituido códigos, significados y explicaciones a lo que vivimos a partir del modo en que los estados pretenden resolver con mayor o menor control, sobre nuestros procesos biológicos y las distintas huellas que una sociedad jerarquizada y una feminidad subordinada han dejado sobre nuestros cuerpos y voluntades. Por otro tenemos el discurso médico que desde su enfoque positivista y sus recursos tecnológicos, se han convertido en la narrativa hegemónica. Se ha intentando inscribir el cuerpo de las mujeres en cuanto organismo regido por las leyes de la fisiología y la patología, especialmente las de la reproducción y no en cuanto cuerpo de la sexualidad y de la producción cultural.
Por: Rocío Gutiérrez R. / Movimiento Manuela Ramos

Históricamente, la raíz del derecho a la autodeterminación sobre el cuerpo, ha estado asociada a la noción de individualidad e identidad de la persona ( Esta afirmación de la individualidad es parte de la revolución puritana que se da en Inglaterra en el siglo XVII como respuesta a la mercantilización de los cuerpos en el mercado de trabajo que estaba emergiendo) Se concibe entonces, que una persona pasa a ser un individuo con necesidades y derechos.
La conexión directa entre el control del propio cuerpo y de la capacidad procreadora aparece en la agenda política en el siglo XIX, como demanda de las feministas ( en Inglaterra y Estados Unidos). Fue un reclamo colectivo de las mujeres de varios sectores sociales que reivindicaban el ejercicio de este derecho. En ese entonces, el reclamo de la maternidad voluntaria y de los derechos reproductivos estuvo motivado tanto por el tamaño de la familia como por el ansia de controlar su propia capacidad pro creativa.
En el momento histórico, en que el proceso de industrialización y de urbanización se dio en Europa, además de las mujeres, otros sectores organizados con poder económico plantearon como necesidad la limitación de los nacimientos en determinados sectores sociales: campesinos y trabajadores asalariados empobrecidos. Desde entonces el control de la población aparece como política social.
Entendiendo por control de población el ejercicio o el intento de ejercer control por elementos externos- ya sean los gobiernos nacionales, las agencias internacionales, la iglesia-sobre el derecho de la familia a tomar decisiones acerca del número de hijos que desean tener, considerando que en una pareja o familia la mujer y el hombre no coinciden necesariamente en lo que se refiere a tener o no tener hijos
Desde entonces las políticas de población vistas básicamente desde el punto de vista demográfico, y de la distribución de los recursos, han tomado a las mujeres como objeto de aplicación de modelos que han ido entre el controlismo y el pro natalismo de acuerdo a los requerimientos y necesidades de las naciones y de la organización del poder y los recursos en el mundo. La salud de la mujer como objeto de disputas.
Así en nuestro país podemos recordar la maternización de las políticas de salud de las mujeres, décadas de 70 y 80 en las que la salud del binomio madre-niño, presentada como una unidad indesligable exaltaba el control pre-natal, la nutrición materna, la inmunización infantil, la lactancia materna y el control del niño, prácticamente nuestra vida al servicio de la disminución de la mortalidad infantil. Sin embargo se soslayaba la responsabilidad del estado en programas que promovieran la paternidad responsable y la planificación familiar, recursos para atención de la mortalidad materna y otras áreas de la salud de las mujeres.
Haciendo historia podríamos decir que es a fines de los 70 y desde la Conferencia Mundial de Población del 74 que se conoce el primer Plan Nacional de Desarrollo y se fijan como parámetros de estado el descenso de la tasa de natalidad y algunas medidas que apuntaban a modificar las condiciones de vida de las mujeres. Los Lineamientos de Políticas de Población del 76 son la primera formulación desde el estado y con ello se iniciaba el proceso de institucionalización del control de población, es decir, el control sobre la tasa de nacimientos en ciertos grupos y categorías sociales. En esta perspectiva, las mujeres son instrumentales al desarrollo, en tanto potenciales procreadoras. Continuar con la lectura...
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